Anchorage, Alaska.- En un encuentro cargado de expectativas, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, y el presidente de Rusia, Vladimir Putin, se dieron un simbólico apretón de manos en la pista de aterrizaje de la base aérea Elmendorf-Richardson, marcando el inicio de una cumbre que podría definir el rumbo de la guerra en Ucrania.
Tras el saludo protocolario, ambos mandatarios abordaron juntos una limusina rumbo a una reunión a puerta cerrada. Cada líder estuvo acompañado inicialmente por dos asesores clave: Marco Rubio (secretario de Estado) y Steve Witkoff (enviado especial) por parte de EE.UU.; y Serguéi Lavrov (ministro de Exteriores) y Yuri Ushakov (asesor de política exterior) por el lado ruso.
No obstante, la composición del encuentro cambió minutos después, cuando el Kremlin anunció la incorporación del ministro de Defensa ruso, Andriy Belousov, en un formato ampliado de las conversaciones.
Un objetivo complejo: el alto al fuego
La reunión forma parte de las iniciativas impulsadas por Trump desde su regreso a la presidencia para buscar el fin del conflicto, aunque hasta ahora no se han alcanzado resultados concretos.
El presidente de Ucrania, Volodymyr Zelensky, no fue invitado a participar y reaccionó con escepticismo a través de su cuenta en X, señalando que “en el día de las negociaciones, los rusos también están matando. Y eso lo dice todo”.
Zelensky reiteró que Kyiv está listo para avanzar hacia una paz “justa”, pero advirtió que todo dependerá de la postura firme de Estados Unidos y de su capacidad para disuadir a Moscú.
Agenda más amplia
Aunque la guerra en Ucrania es el tema central, Rusia ha introducido otros puntos en la mesa, como el control de armas nucleares y posibles acuerdos de cooperación económica entre Moscú y Washington.
Trump, por su parte, declaró antes de la reunión que su objetivo es lograr avances claros y que “no estará contento” si no se acuerda un alto al fuego.
Este encuentro marca el primer cara a cara entre Trump y Putin desde el regreso del líder estadounidense a la Casa Blanca. Su última reunión había sido en junio de 2019 durante la cumbre del G20 en Osaka, Japón.